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Description
¡¡Chicas guapas no deberian morir!!

ROL:

Entré con confianza y algo de recelo por un amplio pasillo, avanzando con cuidado por si apareciese algún enemigo.
El camino estaba iluminado por antorchas y se veía en buen estado, como si se utilizara de forma seguida por aquellos Loomins.
Decidí seguir con una marcha algo más ligera, pues solo se veía un monótono, interminable y recto pasillo.
Sin embargo, lentamente y mientras mas avanzaba, oí algo... aguzé el oido y escuché cánticos en un idioma antiguo de Lumina, uno que creía ya extinguido y que no entendía muy bien.
Deseché la idea de intentar traducir inutilmente aquello que estaba escuchando y concienzarme de que cada minuto que pasaba podía ser fatal para las posibles vidas que estaban en peligro, más adentro.

Por fín di con un gran salón donde se podía ver el cielo estrellado.
Aquella sala estaba decorada con jeroglíficos pintados de rojo... no, más bien parecía sangre... ¿olía a sangre?

Aquello activó todas mis alertas, y más aún cuando divisé a una hermosa muchacha revolviéndose en el altar atada de pies a cabeza y de cómo se le descomponía la cara cada vez que sus ojos se encontraban con el puñal que sujetaba el jefe de aquellos horrendos seres en sus manos, presintiendo que su muerte estaba muy próxima.

Me moví lo más rápido que pude, saltando de pared en pared y de cabeza a cabeza (de loomin), sin importar ser descubierto.
Una vida (bastante hermosa[?]) corría un grave peligro.

Justo cuando me faltaban solo unos pocos metros para llegar, vi como el puñal se hundía en el pecho de la chica, perdiendo todo su color ipso facto.

Algo parecido me ocurrió a mi, cuando contemplé horrorizado como aquel despiadado ser, no contento con haberle arrebatado la vida, lo hizo copiosamente con su fino cuello, dejando un río de sangre que empapó parte de la sala.

Grité de rabia, interrumpiendo los cánticos vomitivos de aquellos asesinos.

Noté como se enojaban y empezaban a insultarme(?) preparados para servir otro buen puchero sangriento conmigo.
Pero no sabían que iba a ser justo lo contrario...

Con toda mi rabia, saqué aquella bestia interior que por escelencia teníamos todos los demonios (y algún que otro humano) cuando perdemos los controles.
Era la única forma que tenía de vengar la muerte de aquella pobre muchacha que no le había hecho ningún mal a nadie, y de apaciguar aquel sentimiento de culpa por no haber actuado antes.

Una vez que el suelo estuvo lleno de bultos que se quejaban y otros que apenas se podían mover, me acordé de mi sacro error: en vez de haberme enfrentado a tantos enemigos inutilmente, debería haber pensado de forma más fria y haberme centrado solo y exclusivamente del líder... Pero ya era demasiado tarde.

Suspiré resignado y bastante enfadado conmigo mismo, la primera misión que llevaba a cabo y era un auténtico fracaso.
Me daba verguenza volver a mirarle a los ojos al rey y decirle que no lo había conseguido, pero intenté ser comprensivo y pensar que nadie nace aprendiendo... que debía aprender de mis errores para no volver a cometerlos en un futuro.

Eché un último vistazo al cuerpo inerte de la chica, antes de irme, y decidí taparlo con un trozo de tela, dejando únicamente visible su bello rostro, como si solo estuviera durmiendo.

-----------

Espero no dejarme nada, como siempre, con prisas x_D

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¡¡Chicas guapas no deberian morir!!

ROL:

Entré con confianza y algo de recelo por un amplio pasillo, avanzando con cuidado por si apareciese algún enemigo.
El camino estaba iluminado por antorchas y se veía en buen estado, como si se utilizara de forma seguida por aquellos Loomins.
Decidí seguir con una marcha algo más ligera, pues solo se veía un monótono, interminable y recto pasillo.
Sin embargo, lentamente y mientras mas avanzaba, oí algo... aguzé el oido y escuché cánticos en un idioma antiguo de Lumina, uno que creía ya extinguido y que no entendía muy bien.
Deseché la idea de intentar traducir inutilmente aquello que estaba escuchando y concienzarme de que cada minuto que pasaba podía ser fatal para las posibles vidas que estaban en peligro, más adentro.

Por fín di con un gran salón donde se podía ver el cielo estrellado.
Aquella sala estaba decorada con jeroglíficos pintados de rojo... no, más bien parecía sangre... ¿olía a sangre?

Aquello activó todas mis alertas, y más aún cuando divisé a una hermosa muchacha revolviéndose en el altar atada de pies a cabeza y de cómo se le descomponía la cara cada vez que sus ojos se encontraban con el puñal que sujetaba el jefe de aquellos horrendos seres en sus manos, presintiendo que su muerte estaba muy próxima.

Me moví lo más rápido que pude, saltando de pared en pared y de cabeza a cabeza (de loomin), sin importar ser descubierto.
Una vida (bastante hermosa[?]) corría un grave peligro.

Justo cuando me faltaban solo unos pocos metros para llegar, vi como el puñal se hundía en el pecho de la chica, perdiendo todo su color ipso facto.

Algo parecido me ocurrió a mi, cuando contemplé horrorizado como aquel despiadado ser, no contento con haberle arrebatado la vida, lo hizo copiosamente con su fino cuello, dejando un río de sangre que empapó parte de la sala.

Grité de rabia, interrumpiendo los cánticos vomitivos de aquellos asesinos.

Noté como se enojaban y empezaban a insultarme(?) preparados para servir otro buen puchero sangriento conmigo.
Pero no sabían que iba a ser justo lo contrario...

Con toda mi rabia, saqué aquella bestia interior que por escelencia teníamos todos los demonios (y algún que otro humano) cuando perdemos los controles.
Era la única forma que tenía de vengar la muerte de aquella pobre muchacha que no le había hecho ningún mal a nadie, y de apaciguar aquel sentimiento de culpa por no haber actuado antes.

Una vez que el suelo estuvo lleno de bultos que se quejaban y otros que apenas se podían mover, me acordé de mi sacro error: en vez de haberme enfrentado a tantos enemigos inutilmente, debería haber pensado de forma más fria y haberme centrado solo y exclusivamente del líder... Pero ya era demasiado tarde.

Suspiré resignado y bastante enfadado conmigo mismo, la primera misión que llevaba a cabo y era un auténtico fracaso.
Me daba verguenza volver a mirarle a los ojos al rey y decirle que no lo había conseguido, pero intenté ser comprensivo y pensar que nadie nace aprendiendo... que debía aprender de mis errores para no volver a cometerlos en un futuro.

Eché un último vistazo al cuerpo inerte de la chica, antes de irme, y decidí taparlo con un trozo de tela, dejando únicamente visible su bello rostro, como si solo estuviera durmiendo.

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Espero no dejarme nada, como siempre, con prisas x_D